miércoles, 7 de marzo de 2012

Un nota, un momento.

El perfume es música, también lo es la belleza, y una sonrisa y hasta una mirada traducen sus notas en música. Es idioma de sueños vividos, es expresión sincera y es dicha. Unas manos son música si tienen eco en manos amadas. Un paso es música, mas sólo si es silencioso. Las palabras son música y hasta las estrellas son danzantes de la música de unos versos al mar recitados. Las piedras se engendran en música y también lo hacen las olas. La música levanta al dormido y adormece al despierto. La música multiplica los deseos y aniquila los estruendos. 
La música nos hace viajar, sentir, reír, alocarnos y llorar. Me gusta oír mi canción, nuestra canción y sentirme libre, con el aire en mi rostro, con tu sonrisa tras mi espalda.
Y todo esto gracias a la música, a los que hacen posible que un pedazo de papel con puntos negros y rayas misteriosas se conviertan en sensaciones, en momentos, en un recuerdo.





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