Escaleras de caracol. Siempre sabes donde empiezan, nunca sabes dónde acaban, cómo de largas son, hasta dónde son capaces de llevarte sus infinitos escalones, con qué tropezarás o con qué no.
Hasta dónde eres capaz de subir, de ir descubriendo un poquito más, de atreverte a acabar la historia que has empezado.
Cuántas veces hemos empezado algo, con miedo, pero su fin nos ha llevado el éxito, y sí, sé que otras al fracaso, como un escalón mal colocado para llegar a la cumbre. Pero eso no significa que puedas dar un salto y seguir, sin miedo, con gente, o simplemente sólo.
El sistema de una escalera es fácil, sencillo, cómodo en cierto modo y un pulso para tus pies.
Yo me atrevo a seguir subiendo escaleras. ¿Tú te atreves?

No hay comentarios:
Publicar un comentario