martes, 14 de febrero de 2012

Dejarse llevar, suena demasiado bien.

Y son tantísimas las razones por las que uno puede desvanecerse, desparecer o evadirse por un momento...Gente que se va, que quizás nunca volverás a ver, sentimientos, enfados, peleas, lágrimas, huidas sin sentido..Pero, ¿Cuántas más hay para ser feliz?
Ojalá sea tan fácil como programar nuestro día, lo que queremos ver, sentir, oír y decir, que conozcamos cada paso de este mundo, del ritmo de la gente. Así ganaríamos alegrías, evitaríamos desilusiones, y seríamos feliz.
Pero en mi opinión, la mayor felicidad viene de la mano de aquellas personas que, sin saberlo, merecen la pena, te miman con sus gestos, desean una sonrisa tuya, y te abrazan para evitar que el golpe de tu caída sea mas leve. Ahí será cuando realmente decidas no programar más tu vida, ni tu día a día, ya que las cosas imprevistas, la gente que pasa inadvertida y los momentos que te dejan sin aliento, son los que realmente merecen la pena.
Así que, la conclusión para ser feliz: DÉJATE LLEVAR.

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